Etiquetas

lunes, 29 de noviembre de 2021

La conservación, restauración y rehabilitación de bienes del Patrimonio Histórico de Nerja de titularidad municipal y su puesta en valor, una urgente necesidad (2)

 


Estado actual de la fábrica de miel de caña de RIFOL, La Maquinilla, (foto del autor)

 

El segundo de los bienes de titularidad municipal que vamos a tratar que precisa de una urgente intervención para su conservación, uso y puesta en valor es la fábrica de miel de caña de RIFOL, popularmente conocido por el nombre de La Maquinilla. Este establecimiento no solo es de titularidad municipal, también es propiedad del Ayuntamiento de Nerja. Forma parte del Patrimonio Industrial a que se refiere el Título VII de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, integrado por «el conjunto de bienes vinculados a la actividad productiva, tecnológica, fabril en cuanto son exponentes de la historia social, técnica y económica de esta comunidad».

 

La fábrica de miel de caña de RIFOL

 

La fábrica de miel de caña de RIFOL es el último de una serie de edificios de tipo industrial existentes en el solar en el que este se encuentra, situado en el predio antaño conocido con el nombre de El Molinillo. A comienzos del siglo XIX era un molino harinero llamado de Tabalones, el segundo apellido o apodo de sus propietarios, siendo adquirido por los dueños del ingenio azucarero San Antonio Abad en 1828 y agregado al ingenio. En 1872 lo adquirió José Maezo García, albéitar y propietario de varios molinos en Nerja. Sus sucesores lo dedicaron también a fábrica de esparto, aunque fundamentalmente fue un molino harinero que molía trigo y maíz. 

 

En 1940 tres bisnietos de José Maezo decidieron instalar una fábrica de miel de caña utilizando las instalaciones del molino harinero, y para ello crearon la compañía mercantil Rico, Fossi y Cía. S.L. Formaban la compañía los hermanos José y Antonio María Rico Noguera, el primero de los cuales aportó el molino adquirido por herencia, un primo hermano de ambos, Ramón Fossi Rico, militar de Artillería y experto en ingeniería industrial, y un cuñado de este. Nacía así la fábrica de miel de caña RIFOL (acrónimo formado por las iniciales de Rico, Fossi y Luque, apellido este último del cuarto socio), popularmente conocida en Nerja con el nombre de La Maquinilla. Se daba con ello a los labradores de Nerja que eran reacios a moler la caña en la fábrica de Larios, la única que entonces molía en Nerja y Maro, la posibilidad de hacerlo en otra, a la vez que se elaboraba un producto que, tras la guerra, en la España de la década de 1940 gozaba de una gran aceptación. La dirección técnica de la empresa la ejerció Ramón Fossi Rico y la fábrica llegó a contar con un mecánico, cinco o seis trabajadores fijos y un número variable de eventuales durante los meses de más actividad. La fábrica comenzó a funcionar con tecnología y procedimientos propios de los ingenios preindustriales, pero fue paulatinamente modernizada [1].



La fábrica de miel de caña de RIFOL, La Maquinilla, en la década de 1940 (foto Som Cerezo)


 

La fábrica molió hasta 1966, año a partir del cual su entonces propietaria, Carmen Rico, vendió los molinos y demás maquinaria, y llegó a un acuerdo con uno de los empleados, Antonio Jiménez Gálvez, quien más tarde sería el primer alcalde de Nerja de la etapa democrática, quedándose este con los locales industriales para destinarlos a almacén. Posteriormente, los edificios fabriles de La Maquinilla pasaron a manos del Ayuntamiento de Nerja, su actual propietario. 




La fábrica de miel de caña de RIFOL, La Maquinilla, en 2003 (foto del autor)
 


De la fábrica de miel de caña se conservan los edificios que la componían, algunos de ellos en estado semirruinoso, como la nave de pailas, con fachada noroeste de estética art déco, y la plaza en la que se amontonaba el bagazo, todo ello rodeado por la antigua cerca de albañilería, ocupando una parte del primitivo solar de la fábrica (el resto del solar está ocupado por viviendas de pisos). Hay algunas construcciones añadidas de cronología imprecisa. Conserva en el interior la señalización con avisos para la seguridad de los operarios y en la fachada suroeste, muy deteriorada, la inscripción con el nombre de la fábrica.




La fábrica de miel de caña de RIFOL, La Maquinilla, en 2003 (foto del autor)



En la primavera de 2013 la Asociación para la Conservación y Difusión del Patrimonio Histórico ‘La Volaera’ de Nerja denunció el estado de abandono de los restos preindustriales e industriales azucareros del municipio. Uno de ellos fue este de RIFOL o La Maquinilla que presentaba un avanzado deterioro, con gran parte de sus dependencias destejadas y convertidas en basurero y algunos de sus muros amenazando ruina, si bien algunas zonas eran utilizadas por los servicios municipales de mantenimiento. La citada asociación mantuvo entonces reuniones con las responsables de las Concejalías de Cultura y de Planeamiento Urbanístico del Ayuntamiento nerjeño, propietario del edificio, exponiéndoles la situación y proponiendo que, dada la coyuntura de crisis económica por la que se atravesaba en aquellos momentos que hacía inviable la restauración y puesta en uso del edificio, al menos se estabilizaran las fachadas, con objeto de impedir su derrumbe, y poder acometer una intervención integral cuando la situación económica lo permitiera. Dos años después, en febrero de 2015, la Junta de Gobierno local aprobó el Proyecto para la estabilización de las fachadas noroeste y suroeste del edificio La Maquinilla de Nerja redactado por el arquitecto técnico e ingeniero de edificación Felipe Baena Rodríguez, aunque no se ejecutó hasta septiembre de 2018[2]




Estado actual de la fábrica de miel de caña de RIFOL, La Maquinilla, (foto del autor)

 

Desde la denuncia y propuesta realizadas por la Asociación La Volaera hasta la ejecución del proyecto de estabilización habían transcurrido algo más de cinco años en los que el edificio seguía arruinándose. A pesar de que la estabilización de las fachadas se consiguió y el edificio, de momento, se mantiene en pie, su deterioro avanza de manera imparable, pradójicamente, en unos momentos en que las finanzas municipales parecen haber salido de la etapa de crisis vivida anteriormente y permiten apostar decididamente por la recuperación de este patrimonio para el que no faltarían importantes usos. 

 

 

 Continuará

 

 



[1]Véase CAPILLA LUQUE, Francisco, La industria azucarrera en Nerja y Maro (II). Las fábricas, Vélez-Málaga, 2017.

[2]La Clave 1, febrero de 2015, pág. 5.