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viernes, 9 de febrero de 2024

Jorge Alaminos y su contribución a la Memoria de La Desbandá en Nerja


 

Jorge Alaminos, Memorial Málaga 1937. Propuesta de recuperación de la Memoria Histórica en el tramo de la antigua carretera Nacional 340 del barranco de Maro (portada)



A Jorge Alaminos, amigo y compañero, in memoriam

 

 

El día 9 de febrero de 1937, a las cuatro de la tarde, dos columnas, una de ellas motorizada, pertenecientes a las tropas fascistas italianas del Corpo di Truppe Volontarie (CTV), ambas al mando del coronel Mario Guassardo, alias Gusberti, entraban en Nerja[1]. Avanzaban por la carretera de la costa que unía Málaga con Almería por la que desde dos días antes un río humano de milicianos y civiles de la ciudad de Málaga y de otras localidades malagueñas y de provincias limítrofes huía, cortando el paso tras los últimos que habían logrado incorporarse a ella. Eran 150.000 hombres, mujeres y niños según el doctor canadiense Norman Bethune[2] (la cifra se eleva a 300.000, según últimas investigaciones[3]), quien en compañía de Hazen Size y Allen May se dedicó a trasladar a Almería en una ambulancia durante tres días y noches a cuantos pudo. Esta masa humana iba siendo bombardeada de manera implacable por la Armada sublevada desde el mar y ametrallada desde el aire por la aviación alemana e italiana, convirtiéndose la carretera en un gigantesco cementerio a cielo abierto.



Portada de la primera edición en inglés de la obra de Norman Bathune The crime on the road Málaga-Almeria, Publicaciones Iberia, 1937 (ejemplar conservado en la Biblioteca Nacional de España)



Desde un primer momento, por razones distintas, a ninguno de los dos bandos contendientes en la Guerra de España, el sublevado y el republicano, le interesó dar demasiada publicidad a este hecho, al que muchos se referían entonces como La Huía y hoy se conoce comúnmente con el nombre de La Desbandá. La información sobre lo que sucedió, inicialmente recogida por la prensa, fue menguando hasta convertirse en prácticamente irrelevante en el relato de la guerra que los vencedores iban imponiendo, quedando circunscrito su tratamiento al terreno del arte y la literatura. Pero en la década de 1980, en el departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga se inició la investigación histórica del éxodo de la carretera de Málaga a Almería y a partir de entonces lo que se había ido ocultando durante mucho tiempo comenzó a salir a la luz con la publicación de libros y artículos y la grabación de entrevistas de supervivientes que contaban su experiencia en la «carretera». Se han grabado documentales y realizado exposiciones; se celebran conferencias y debates; se vienen realizando cada año marchas conmemorativas de homenaje a las víctimas que recorren la carretera entre Málaga y Almería o algunos tramos de ella; se han dedicado «lugares de memoria» para reconocimiento de este hecho que culminaron con la declaración de los tramos antiguos de la carretera N-340 Lugar de Memoria Histórica de Andalucía por Acuerdo de 20 de marzo de 2012, del Consejo de Gobierno. En definitiva, y en palabras de las historiadoras Lucía Prieto y Encarnación Barranquero, se ha ido construyendo «la Memoria de un episodio de la Guerra Civil española cuya trascendencia superó ampliamente el ámbito local», Memoria cuya construcción «tiene una dilatada trayectoria y se ha realizado a partir de la confluencia del compromiso del activismo memorialista y la investigación histórica»[4].



Cartel de la exposición La Desbandá, 1937. De Málaga a los Pirineos

 

En este contexto, la Asociación 'La Volaera' de Nerja, a propuesta y con el impulso de Jorge Alaminos Fernández, uno de sus socios fundadores, se incorporó al movimiento memorialista de La Desbandá. Él fue un entusiasta promotor de esta posición en el seno de las asociaciones a las que perteneció y un activo participante en todas las iniciativas que para el conocimiento y la difusión de La Desbandá y el homenaje a las víctimas de la «carretera» se han llevado a cabo en Nerja, en persona y poniendo su oficio, el diseño gráfico, al servicio de esta causa. 

 

Jorge Alaminos tuvo una conciencia social y política que le llevó a participar en diversos frentes, dentro y fuera de España, desde la militancia, la crítica, la denuncia y la reivindicación, con propuestas para cambiar el estado de las cosas. Sus diseños de portadas de libros y publicaciones, sus viñetas digitales impregnadas de crítica social y política, su participación en proyectos relacionados con la Memoria Histórica y con la conservación y valoración de los paisajes históricos y el Patrimonio Histórico y Cultural del municipio de Nerja, donde nació y vivió, entre otros muchos, dan prueba de ese compromiso.



Jorge Alaminos, portada de La guerrilla antifranquista en Nerja de José María Azuaga Rico, 1996


 

Ya en 1996 Jorge Alaminos había diseñado la portada del libro La guerrilla antifranquista en Nerja[5], obra del historiador José María Azuaga Rico, en la que se estudia el movimiento guerrillero que en la posguerra combatió en la sierra de Almijara y del que formaron parte destacados guerrilleros de Nerja, Río de la Miel, Frigiliana y Torrox. Muchos años después, en  2013, la Asociación 'La Volaera', fundada en marzo de 2011, que no era precisamente una asociación memorialista, sino para la conservación y difusión del Patrimonio Histórico, por iniciativa de Jorge Alaminos, decidió implicarse en actividades de Memoria Histórica que tuvieran relación con Nerja. Así, organizó la conferencia Resistencia y guerrilla antifranquista en Nerja, impartida por el ya citado historiador José María Azuaga Rico el 12 de febrero de aquel año 2013, en el Museo de Nerja, precisamente en los días en que se conmemoraba el episodio de La Desbandá. Jorge se encargó de diseñar la invitación y el cartel para la conferencia con unos elementos mínimos pero muy potentes tan característicos de toda su obra gráfica, que fueron el prototipo para la publicidad de todos los actos que a partir de entonces organizó la asociación. 



Jorge Alaminos, invitación de la conferencia Resistencia y guerrilla antifranquista en Nerja, organizada por la Asociación 'La Volaera' y pronunciada por el historiador José María Azuaga Rico el 12 de febrero de 2013 en el Museo de Nerja


 

El año siguiente, 2014, fue el primero en el que la Asociación 'La Volaera' tomó parte activa en las conmemoraciones de La Desbandá propiamente dichas, con la organización de las Jornadas 1937. Nerja en el camino de La Desbandá. Estas jornadas tuvieron lugar en el Museo de Nerja el día 7 de febrero con la conferencia del artista visual e investigador Rogelio López Cuenca Málaga, 1937, y el día 8 con la presentación del libro de José María Azuaga Rico Tiempo de lucha. Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla (1939-1952)[6], cuya portada había diseñado Jorge Alaminos. 



Jorge Alaminos, invitación de las jornadas 1937. Nerja en el camino de la Desbandá, organizadas por la Asociación 'La Volaera' los días 7, 8 y 9 de febrero de 2014



Jorge Alaminos, invitación de la conferencia Málaga, 1937, organizada por la Asociación ´La Volaera' y pronunciada por el artista plástico e investigador Rogelio López Cuenca en el Museo de Nerja el día 7 de febrero de 2014



Las jornadas culminaron el día 9 de febrero con la celebración de la primera marcha por la antigua carretera N-340 desde Nerja hasta el barranco de Maro, en cuyo puente se rindió homenaje a quienes lo habían transitado en aquella dramática huida en 1937. Jorge diseñó toda la publicidad de los distintos actos de las jornadas y con Dori Castillo, usando una pequeña cámara fotográfica digital, realizó un vídeo del homenaje que tuvo lugar en el puente (pinchar aquí para ver el vídeo). En años sucesivos la Asociación 'La Volaera' organizó esa marcha y cuando dejó de hacerlo tomaron el relevo el Colectivo Feminista de Nerja, Izquierda Unida y Podemos, incorporándose también este año 2024 la Asociación 'Entre Cañas', continuadora de 'La Volaera', de la que Jorge fue también socio fundador y miembro activo hasta su fallecimiento el pasado 28 de enero.



Jorge Alaminos, invitación de la presentación del libro Tiempo de lucha. Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla (1939-1952) del historiador José María Azuaga Rico organizada por la Asociación 'La Volaera' en el Museo de Nerja el día 8 de febrero de 2014



Jorge Alaminos formó parte de otros dos proyectos relacionados con la Memoria de La Desbandá, como autor o coautor y siempre como diseñador gráfico del material publicado. El primero fue el Memorial Málaga 1937. Proyecto de recuperación de la Memoria Histórica en el tramo del barranco de Maro de la antigua Carretera Nacional 340, presentado por la Asociación 'La Volaera' en 2016 y del que Jorge fue autor, una propuesta para el tramo comprendido en el Barranco de Maro, dado su alto interés histórico, patrimonial y paisajístico, y para su puesta en valor como Lugar de Memoria Histórica. En él se contemplaba la limpieza de los andenes y la reparación del firme del tramo de la carretera de 930 m de longitud, incluido el paso por el puente, y el establecimiento de una plaza-memorial en un ensanche del camino. 



Jorge Alaminos, invitación del acto de presentación del libro Espacio de Memoria democrática. Propuesta antigua CN-340 del barranco de Maro y proyección del documental Nerjeños en La Desbandá, celebrado en el Museo de Nerja el día 26 de enero de 2023


 

El segundo proyecto fue Espacio de Memoria democrática. Propuesta antigua CN-340 del barranco de Maro[7], un libro resultado de la colaboración entre la Asociación Cultural y Memorialista 'Entre Cañas' de Nerja y la plataforma Otro Maro y Nerja es posible con el alumnado de Proyectos I, grupo F de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Granada del curso 2020-2021, junto a docentes, colaboradores e investigadores de otras disciplinas, una publicación coordinada por Jorge Alaminos y el profesor de la materia José María Romero. En el proyecto se contempla una actuación en una primera fase sobre un segmento de 300 m de longitud, mínima y respetuosa con el entorno, consistente en la instalación de arcos vegetales, zonas de descanso, e intervención en el firme de la calzada y pretil del puente. Este proyecto y el libro-propuesta del mismo fueron presentados públicamente en el Museo de Nerja el día 26 de enero de 2023, acto en el que se estrenó el documental Nerjeños en La Desbandá, realizado por la Asociación 'Entre Cañas' con el testimonio oral de participantes en el éxodo de la carretera de Málaga a Almería en febrero de 1937.



Jorge Alaminos, Espacio de memoria democrática. Propuesta antigua CN-340 del barranco de Maro (portada)


 

La deuda que el movimiento memorialista en general y el de Nerja en particular tienen con Jorge Alaminos es impagable; estas líneas son solo un mínimo reconocimiento póstumo de la aportación siempre generosa de Jorge en la recuperación de la memoria de las víctimas de un episodio tan cruento y dramático de nuestra historia. No cabe duda de que sus trabajos cimentan e iluminan la Memoria de La Desbandá en Nerja y su recuerdo permanecerá siempre en quienes tuvimos el privilegio de trabajar a su lado.




Jorge Alaminos presentando el libro Espacio de memoria democrática. Propuesta antigua CN-340 del barranco de Maro en el Museo de Nerja el día 26 de enero de 2023



 



[1] NAVAS MUÑOZ, Antonio, «La Italia fascista en Málaga durante la guerra civil española: acciones militares y diplomáticas entre 1936-1937», Tiempo y Sociedad 65, 2017, pp. 65-128.

[2] BETHUNE, Norman, El crimen del camino Málaga-Almería, Madrid, Publicaciones Iberia, 1937.

[3] FERNÁNDEZ MARTÍN, Andrés y BRENES SÁNCHEZ, M.ª Isabel, 1937. Éxodo Málaga Almería. Nuevas fuentes de investigación, Málaga, Aratispi Ediciones, 2016.

[4] BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación y PRIETO BORREGO, Lucía (coords. y eds.), La Desbandá, 1937. De Málaga a los Pirineos (Catálogo de la exposición), Málaga, 2022, p. 33.

[5] AZUAGA RICO, José María, La guerrilla antifranquista en Nerja, Nerja, Izquierda Unida - Los Verdes - Convocatoria por Andalucía, 1996.

[6] AZUAGA RICO, José María, Tiempo de lucha. Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla (1939-1952), Salobreña, Alhulia, 2013.

[7] ALAMINOS, Jorge y ROMERO, José María (coords.), Espacio de Memoria democrática. Propuesta antigua CN-340 del barranco de Maro, Nerja, 2022.

miércoles, 10 de enero de 2024

El ingenio Nuevo de Nerja o Nuestra Señora de las Angustias (1805-ca. 1827)




Restos del ingenio Nuevo o Nuestra Señora de las Angustias de Nerja 



En la primera quincena del mes de diciembre de 2023 se detectó la caída parcial de los restos que se conservan de una antigua construcción de carácter preindustrial situada en Nerja, en las proximidades del puente Viejo sobre el río Chíllar. Estos restos consisten en la parte superior de un muro de mampostería revocada orientado al suroeste en el que se abren cinco vanos de distinto tamaño, hoy cegados, con arcos y jambas de ladrillo. Formaban parte de una crujía actualmente terraplenada sobre la que en su lado noroccidental se alza un gran arco perteneciente a una atarjea que debía surtir de agua al edificio para su funcionamiento. La parte caída pertenece al mayor de los arcos, una de las jambas y un trozo del muro en que se inscribe. 




Parte caída de los restos del ingenio Nuevo 


Parte caída de los restos del ingenio Nuevo antes de su derrumbe

 

En una estela informativa instalada junto a la atarjea en el año 2005 se indica que esos restos pertenecen al ingenio San Miguel, un establecimiento que a finales de 1867 estaba preparado para funcionar como ingenio azucarero por transformación de un molino harinero preexistente adquirido por el industrial nerjeño Miguel González Sánchez. Hasta entonces, en todas las publicaciones en que se incluían los ingenios y fábricas azucareras de Nerja, se daba por sentado que este era el ingenio llamado San Miguel y yo mismo así lo creía. Sin embargo, la documentación de archivo que consulté para escribir La industria azucarera en Nerja y Maro[1] contradecía esta afirmación, pudiendo comprobar que no era esa la ubicación del ingenio San Miguel, que en realidad se encontraba en la margen opuesta del Chíllar, a algo más de un kilómetro río arriba, junto a la cañada de las Minas, lindando con el término municipal de Frigiliana, sino la de otro más antiguo cuya existencia era desconocida hasta entonces por historiadores e investigadores. Se trataba del denominado ingenio Nuevo, así llamado en los documentos de la primera mitad del siglo XIX, aunque su nombre oficial era ingenio Nuestra Señora de las Angustias, denominación que no debe confundirse con la de la fábrica azucarera homónima construida posteriormente, en 1864, junto a la ermita de la patrona de Nerja.




Inmueble en el que estuvo el ingenio San Miguel

 

En 1805 funcionaba en Nerja un ingenio de azúcar construido en 1593 en la margen derecha del río Chíllar por el malagueño Juan de Briones. Era el único existente en la localidad y no tenía un nombre específico; simplemente era conocido por ingenio de Nerja. Desde su fundación, el ingenio había pertenecido a un número considerable de propietarios que se fueron sucediendo al frente del mismo, todos ellos oriundos y vecinos de otros lugares. En 1804 sus dueños, los comerciantes malagueños  Pedro Fisson y Gregorio Martínez, lo vendieron a tres vecinos de Frigiliana, provocando que un grupo de cosecheros de Nerja, miembros de la élite social y política constituida en el pueblo ejercieran el derecho de tanteo para hacerse con el ingenio. Finalmente no lo consiguieron y un año después, en 1805, estos labradores de Nerja decidieron emanciparse de la servidumbre que constituía moler la caña en un establecimiento en manos de naturales del vecino pueblo de Frigiliana y por cuya propiedad habían litigado, asociarse y edificar un ingenio para moler su propia caña, convirtiéndose ellos mismos en empresarios. 



Ingenio Viejo o San Antonio Abad


Así nacía el ingenio Nuevo, como alternativa al Viejo (posteriormente llamado San Antonio Abad). Este ingenio iba a suponer una seria amenaza para los dueños del antiguo que veían cómo podían derrumbarse los cálculos sobre las ganancias que esperaban obtener al perder el monopolio de la fabricación del azúcar en Nerja y tener que compartir con él las cantidades de caña a moler en cada temporada.

 

El ingenio se levantó extramuros, frente al ingenio Viejo, en terrenos situados en la margen izquierda del río Chíllar que constituía uno de sus límites, lindando por otros lados con la cuesta del Ingenio, la acequia del Pueblo y hazas de riego pertenecientes los dueños de aquel. Sus fundadores fueron José López Mariscal, José Garzón, Ramón García de Valdivia, Francisco José González, José del Pino, Miguel García Aura, que sería su administrador, Fernando González, José Joaquín García y Miguel García Caparrós, vecinos de Nerja, y Sebastián Herrero, vecino de Frigiliana. Casi todos ellos formaban parte de las fuerzas vivas locales y de la comarca, como Francisco José González, que era alcalde de Nerja entre 1804 y 1805[2] y desempeñaría un destacado papel en la producción azucarera de Nerja y Maro durante la primera mitad del siglo, o como José López Mariscal, síndico personero de Nerja en esos mismos años y socio fundador de la Sociedad Económica de Amigos del País de Vélez-Málaga[3].

 

Al año siguiente, en 1806, una vez construido el ingenio, los diez asociados constituyeron oficialmente una sociedad y acordaron una serie de condiciones de obligado cumplimiento para todos los socios[4]. Los interesados «con el fin de fomentar las fábricas de este reino, los reales intereses y beneficiar a los labradores de azúcares de esta citada villa, como así mismo por su propia utilidad», se habían asociado el año anterior y «por décimas partes contribuyeron a la construcción de una nueva fábrica ingenio de azúcares en el término de ella, nombrada Ntra. Sra. de las Angustias».  Cada socio debía disponer de un mínimo de 20 marjales de regadío propios o arrendados plantados íntegramente de caña por un plazo de seis años que estaba obligado a moler exclusivamente en el nuevo ingenio y contribuir a partes iguales en todos los gastos del ingenio, pago de salarios, adelantos dinerarios a los labradores, etc.



Arco de atarjea y muro del ingenio Nuevo



A partir de 1807 varios socios pusieron en venta la parte del ingenio que les correspondía. No conocemos el motivo exacto de estas deserciones, pero en unos comienzos en que los gastos pudieran haber sido mayores que los beneficios es fácil imaginar que tras esa decisión seguramente se escondiera la falta de liquidez que les impedía hacer frente a los compromisos contraídos, sin excluir la coyuntura de los años difíciles de la Guerra de la Independencia, algunos de los cuales Nerja estuvo ocupada por las tropas napoleónicas[5].

 

Sin embargo, los dueños del ingenio Viejo nunca abandonaron la esperanza de eliminar la competencia del Nuevo y en cuanto se presentó la oportunidad fueron comprando las partes de los socios, abandonándose la molienda de cañas, de forma que en la década de 1820, con seguridad antes de 1827, debieron dar por concluida la operación cerrando el ingenio que, abandonado, pronto se convirtió en una ruina[6]. En 1858 María Antonia Herrero Navas, hija y heredera de uno de los propietarios del ingenio Viejo, ya entonces denominado San Antonio Abad, a quien había correspondido en herencia la finca y el inmueble, legó en su testamento los restos del ingenio a dos sobrinos suyos «un huerto de tierra de riego [...] en que se incluyen dos cuadros de torreones derruidos, ruinas del ingenio Nuevo que fue de esta villa, metidos en labor»[7].



Fotografía aérea, en color verde la situación de los restos que se conservan del ingenio Nuevo de Nerja



Los únicos documentos que se conservan sobre este ingenio son las escrituras arriba mencionadas, no habiendo llegado a nosotros ninguna descripción del ingenio ni inventario de sus pertrechos, tampoco documentación relativa a la producción de azúcar, libros de cuentas, etc. Es probable que toda esa documentación se perdiera con el paso del tiempo o fuera destruida por sus últimos propietarios una vez clausurado el ingenio y condenado a su desaparición. La escasa pero valiosa documentación conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga y en el Archivo Municipal de Nerja y los restos arquitectónicos que aún pueden verse son lo único que nos queda del que fuera el primer establecimiento azucarero de Nerja fundado por labradores locales con la idea de competir con el entonces más que bicentenario ingenio Viejo y acabar con el monopolio que ostentaba en la fabricación del azúcar. Fue, además, la primera de una serie de azucareras que empresarios nerjeños o de familia nerjeña en su mayoría construyeron en su pueblo: la fábrica San José (1864), posteriormente adquirida por Larios; la fábrica La Independencia (1881), también conocida como fábrica de los Cangrejos;  la fábrica de miel de caña El Progreso (1886)  y la fábrica de miel de caña RIFOL (1940), de corta vida la mayor parte de ellas y ensombrecidas por el dominio que la casa Larios ejerció en el sector.


 

 



[1] CAPILLA LUQUE, F., La industria azucarera en Nerja y Maro (I). Los ingenios preindustriales, Vélez-Málaga, Libros de la Axarquía, 2016, y La industria azucarera en Nerja y Maro (II). Las fábricas, Libros de la Axarquía, 2017.

[2] Archivo Histórico Nacional. Consejos, leg. 32.138, exp.25.

[3] MONTORO FERNÁNDEZ, F., La Sociedad Económica de Amigos del País de Vélez-Málaga (1783-1822), Vélez-Málaga, 1999, pág. 213.

[4] (A)rchivo (H)istórico (P)rovincial de (M)álaga. Leg. P-4.736, fols. 129r-130v y 140r-140v.

[5] A.H.P.M. Leg. P-4.732, fols. 253r-255r.

[6] MIÑANO Y BEDOYA, S., y LÓPEZ DE VARGAS-MACHUCA, T., Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, T. VI, Madrid, 1827. La voz ‘Nerja’ de este diccionario solo recoge un ingenio en la localidad, sin duda el Viejo, y otro en Maro, por lo que debemos entender que el ingenio Nuevo ya no funcionaba.

[7] A.H.P.M. Leg. P-4.777, fols. 416r-429v y leg. 4.780, fols. 715r-720r.

sábado, 18 de noviembre de 2023

La piedra almendrilla, un material de cantería de Nerja


 

Piedra almendrilla labrada y pulimentada


En el mes de junio de este año 2023 el Ayuntamiento de Nerja instaló a ambos lados de la entrada al paseo Balcón de Europa dos pilares de barandilla realizados en piedra almendrilla que pertenecieron a la que había en la rotonda-mirador Balcón de Europa hasta la década de 1960. No son los únicos elementos de este material que hay en la localidad, aunque son menos de los que había hasta hace poco tiempo. ¿Qué es la almendrilla?




Pilar de piedra almendrilla instalado tras su restauración en el lado oriental de la entrada al paseo Balcón de Europa


Pilar de piedra almendrilla instalado tras su restauración en el lado occidental de la entrada al paseo Balcón de Europa

 


En Nerja se denomina piedra almendrilla a un conglomerado calcáreo compuesto por cantos de mármol de distintos tamaños cementados con arcilla roja, dando lugar a un tipo de roca a la que el geógrafo francés René Lhénaff denominó «brecha mortadela» por su parecido con ese embutido. Estas brechas se formaron durante el Pleistoceno, hace 1,5 millones de años, en una serie de abanicos aluviales y dieron lugar a un tipo de suelo muy duro de espesor variable que en Nerja y Maro se conoce con el nombre de tablazos. 

 

La piedra almendrilla como material de cantería se empleó en Nerja en la arquitectura doméstica, en la arquitectura religiosa, en la funeraria y en el mobiliario urbano al menos desde la segunda mitad del siglo XIX, aunque dejó de utilizarse, salvo en algún caso, a mediados del siglo XX. Una vez extraída la piedra de los tablazos era labrada y pulimentada, consiguiéndose un acabado liso que unido a su cromatismo hacían de la almendrilla un material idóneo para determinados elementos de la construcción tanto en interiores como en exteriores: escalones, jambas, dinteles y arcos de puertas y ventanas, impostas, cornisas, molduras, así como para el bordillo de aceras y para bancos. A continuación, vamos a ver algunos ejemplos del uso de piedra almendrilla que se conservan en Nerja.

 

1. El paseo y mirador Balcón de Europa

 

En la década de 1830 el solar donde estuvo el castillo Bajo de Nerja, destruido unos veinte años antes durante la Guerra de la Independencia, fue convertido en un mirador, el Balcón de Europa, desde el que se contempla el mar. Este mirador  está precedido por un paseo que lo conecta con la plaza, llamada Mayor en aquel tiempo. Todo ese espacio que hasta entonces había sido zona militar se convirtió en un área de uso ciudadano y la plaza, el paseo y el mirador constituyeron el lugar de socialización, esparcimiento y fiesta de los nerjeños. En 1848, un ingeniero militar que visitó Nerja apuntaba en su informe que toda la plataforma tenía «antepecho y asientos» y en 1874 se reforzó «el resguardo del mirador», se arrecifó el paseo y se instalaron dieciséis asientos de piedra bruñidos[1]. Estos asientos, retirados en la década de 1930, eran de piedra almendrilla, tal como se aprecia en fotografías realizadas con anterioridad a dicha década y a su sustitución por otros de madera. Asimismo, el asiento corrido que rodea los laterales del paseo es de almendrilla y se mantiene en su estado original desde su instalación en el siglo XIX.



Asiento corrido de piedra almendrilla del paseo Balcón de Europa


 

La barandilla de hierro que cierra el paseo por sus laterales está anclada en el antepecho y sirve de respaldo al banco continuo, pero el mirador carece de antepecho y dispone de una renovada barandilla semicircular que estuvo fijada por sus extremos a sendos pilares también de piedra almendrilla. Estos pilares, presentes en el paseo desde el siglo XIX, como el resto de elementos que acabamos de citar, fueron retirados en 1964 cuando se comenzó la ejecución del Proyecto de consolidación de la roca del Balcón de Europa y ordenación de sus accesos, obra del arquitecto Ramiro Moya Blanco. Desde su ubicación original fueron trasladados a la entrada del Colegio XXV Años de Paz, posteriormente denominado Maestro Joaquín Herrera Álvarez, edificado entre 1964 y 1965, que se convertiría en Centro Cultural y Social Giner de los Ríos. Allí permanecieron hasta enero de 2021 en que se demolió el edificio. Los pilares fueron desmontados y conservados en los almacenes municipales hasta este año 2023 en que fueron sometidos a una restauración llevada a cabo por Chapitel. Conservación y Restauración, S. L., e instalados a la entrada al paseo.



Pilar de barandilla del mirador Balcón de Europa instalado en el antiguo colegio XXV Años de Paz (posteriormente, Maestro Joaquín Herrera y Centro Giner de los Ríos) a partir de 1964



Pilar de barandilla del mirador Balcón de Europa instalado en el antiguo colegio XXV Años de Paz (posteriormente, Maestro Joaquín Herrera y Centro Giner de los Ríos) a partir de 1964

 

2. La arquitectura religiosa

 

Dos son los templos de Nerja que cuentan con elementos de piedra almendrilla: la iglesia parroquial de El Salvador y la ermita de Nuestra Señora de las Angustias.

 

La iglesia de El Salvador se bendijo en 1697 y casi un siglo después, en 1782 finalizaría su ampliación proyectada por Ventura Rodríguez; en 1903 se procedió a renovar el enlosado de mármol de la iglesia, muy deteriorado por el uso y los terremotos, y de esa fecha datan los elementos de piedra almendrilla. Cuatro altares laterales, dos en el lado del Evangelio, el de San Rafael y el de la Inmaculada Concepción, y otros dos en el lado de la Epístola, el de la Virgen del Carmen y el de San Miguel, tienen sus plataformas rodeadas por escalón moldurado realizado en piedra almendrilla. También tienen escalón moldurado en este material las plataformas exteriores de la puerta principal del templo y los de las dos puertas laterales (en fotografías conservadas de la década de 1910, figuran, así mismo, la escalinata del altar mayor).




Escalones moldurados de piedra almendrilla de la iglesia de El Salvador


Escalones moldurados de piedra almendrilla de la iglesia de El Salvador (detalle)



Escalón moldurado que rodea la plataforma del altar de San Miguel en la iglesia de El Salvador


La ermita de Nuestra Señora de las Angustias se bendijo en 1720 y desde entonces ha experimentado algunas transformaciones que no han alterado sustancialmente su estructura original. Alrededor de 1905, después de que se solara de nuevo la iglesia de El Salvador, la solería de la ermita, inicialmente de barro y muy deteriorada entonces, fue sustituida por otra de mármol blanco y negro por cuenta del Ayuntamiento que ostentaba el patronato del santuario. Al igual que en el templo parroquial, se empleó el escalón moldurado de piedra almendrilla para el desnivel entre la nave y el presbiterio, así como para la plataforma sobre la que se asienta el altar. 



Escalones moldurados del presbiterio y plataforma del altar de la ermita de Nuestra Señora de las Angustias



Recientemente, en las inmediaciones de la ermita se ha empleado la almendrilla en los bordillos del acerado de la plaza en que se encuentra.



Escalón moldurado en piedra almendrilla que rodea la plataforma de acceso a la ermita de Nuestra Señora de las Angustias

 

3. La arquitectura doméstica

 

En Nerja, a partir de mediados del siglo XIX se desarrolló una arquitectura doméstica promovida por familias de propietarios pertenecientes a la élite local, que vivían en calles del centro histórico (Pintada, Cristo, Puerta del Mar, plaza Balcón de Europa y plaza de Cavanas). Eran casas amplias de planta baja y piso superior a las que se accedía por un zaguán, algunas de las cuales contaban con patio interior y jardín o huerto por su parte trasera. Muchas de estas viviendas han sido demolidas y sustituidas por otras de nueva construcción, pero quedan todavía en pie algunas que conservan un elemento común a todas: el escalón de la puerta principal era de piedra almendrilla.



Escalón de entrada a vivienda en piedra almendrilla 




Otro ejemplo de escalón de entrada a vivienda hoy desaparecida, un raro ejemplo de almendrilla donde la matriz no es rojiza, sino grisácea 


De todas ellas cabe destacar la casa número 12 moderno de la calle Carabeo, con fachada de aire neoclásico, que hace años fue destinada a local de restauración. Aquí la piedra almendrilla no se reduce al escalón de la puerta principal, sino que se utiliza para el zócalo, arcos rebajados y jambas de puerta y ventanas, alféizares, imposta, fajas, cornisa y moldura de coronación del edificio, creándose un contraste cromático entre los tonos rojizos de la piedra y el blanco de los paramentos.



Fachada de la casa número 12 de la calle Carabeo



Ventanal de la casa número 12 de la calle Carabeo


 

4. La arquitectura funeraria

 

El cementerio de San Miguel se abrió en 1853 en las afueras de Nerja y sustituyó a otro anterior que había quedado dentro de la trama urbana del pueblo. Ha experimentado varias ampliaciones, pero el primer patio o patio histórico es el más interesante desde el punto de vista de la arquitectura funeraria. Está dividido en dos cuadros por un pasillo central en los que se encuentran sepulturas de carácter suntuario pertenecientes a destacadas familias nerjeñas de las segunda mitad del sigo XIX y primera mitad del XX: cuatro panteones, veintiún mausoleos y una tumba. 

 

El que nos interesa aquí es el mausoleo de la familia Narváez, un enterramiento cuadrado con forma de mesa, bajo la cual existe una cripta para inhumaciones, con un pilar central rematado por una cruz, íntegramente construido con piedra almendrilla. Es uno de los escasos mausoleos de este cementerio de los que no tenemos documentada su fecha de construcción, aunque ya existía en 1914.



Mausoleo de la familia Narváez en el cementerio de San Miguel de Nerja, realizado en piedra almendrilla



Mausoleo de la familia Narváez en el cementerio de San Miguel de Nerja (detalle)


 


[1] ARCHIVO MUNICIPAL DE NERJA, Libro de Sesiones Municipales del año 1874, sesiones de 23 de mayo, 22 de agosto y 26 de septiembre.

miércoles, 26 de abril de 2023

Un verano en Nerja del pedagogo Francisco Giner de los Ríos

 

 



Francisco Giner de los Ríos (Ronda, 1839-Madrid, 1915), pedagogo y fundador de la Institución Libre de Enseñanza



La familia Giner, oriunda de Valencia, llegó a la Axarquía en el siglo XVIII, cuando se estableció en Vélez-Málaga el médico Francisco Giner Falcó (1754-1818), procedente de Godella; en Vélez casó con Ana Fernández de Ayban y tuvieron descendencia que sería prolijo detallar aquí. Solo diremos que bisnietos suyos fueron, entre otros, los hermanos Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), pedagogo y fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el proyecto pedagógico más importante e influyente de la España contemporánea, y Hermenegildo Giner de los Ríos (1847-1923), profesor ligado a la Institución Libre de Enseñanza, jurista y político, y Alberto Giner Cossío (1851-1931), primo hermano de los anteriores.

 

La relación de los Giner con Nerja se documenta en febrero de 1874, año en el que Alberto Giner Cossío, quien vivía con sus abuelos en la casa familiar de Vélez-Málaga y había estudiado Medicina en Granada, accedió a ocupar la segunda plaza titular de médico cirujano de Nerja (posteriormente, ascendió a la primera)[1]. Alberto Giner adquirió una casa y un huerto sobre los acantilados marinos en la calle Carabeo de Nerja y en décadas sucesivas que llegan hasta el año de su fallecimiento, se fue haciendo con otros solares y casas aledañas. Ejerció la medicina en Nerja durante pocos años, pues a comienzo de la década de 1880 marchó a El Pardo (Madrid), donde asumió la dirección de los Asilos de esa localidad, y, a través de su primo Francisco, entró en contacto con la Institución Libre de Enseñanza, de la que fue médico y profesor de excursiones. Sin embargo, Alberto Giner Cossío mantuvo hasta su muerte una relación con Nerja muy estrecha y prolongada, y su casa de la calle Carabeo se convirtió en lugar de encuentro de la familia durante los veranos. Allí acudieron con asiduidad sus primos y sobrinos, amigos y conocidos, y fue un polo de atracción para una parte importante del krausismo español (filosofía de la que Francisco Giner de los Ríos fue uno de sus máximos representantes en España), para intelectuales y poetas. 





Imagen actual de la fachada de la casa que fue de Alberto Giner Cossío en la calle Carabeo de Nerja donde estuvo Francisco Giner de los Ríos



Uno de esos veranos Francisco Giner de los Ríos fue a Nerja. Lo cuenta su sobrina Gloria Giner García[2] en el número extraordinario del Boletín de la sección de México de los antiguos alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, publicado con motivo del cincuentenario del fallecimiento del pedagogo, en el que se hace eco de su permanente curiosidad científica[3]. No especifica el año en que tuvo lugar aquella estancia, aunque posiblemente fuera en torno a 1910, o quizá algo antes, y cuando acudió a Nerja, convencido por su sobrino Bernardo[4], hermano de Gloria, era ya mayor y se sentía «hundido y agotado»; volvía por primera vez al lugar en el que había fallecido su hermano José Luis, en enero de 1876, a la edad de 32 años.





Vista parcial de Nerja (ca. 1910). Biblioteca de Cataluña, Fondo Editorial Albert Martin, caja 58/9.097



A continuación reproducimos los fragmentos que Gloria Giner dedicó a la estancia de su tío Francisco en Nerja en los recuerdos familiares publicados en el citado Boletín:

 

«Un verano [Francisco Giner de los Ríos] estuvo, al fin, en Nerja. Nos reunimos en la casa quince personas de la familia íntima. La mayoría eran ya viejos. Por las tardes sentados en el mirador del huerto sobre el mar, recordaban sus reuniones de niños en la casa del abuelo común que tenía en Vélez-Málaga, cerca de donde estábamos, un negocio de pasas. Las cajas de envases les servían a los muchachos como ladrillos para levantar tabiques y hacer compartimientos donde poderse acomodar para dormir tantos como eran. Y nos contaba tío Paco a los jóvenes, los episodios y las escenas que allí tenían lugar. Una de ellas, de tipo patriarcal, era el acto de rezar el Rosario, Rosario peripatético, pues, llevado por los abuelos, únicos que permanecían sentados, los niños, los trabajadores y los sirvientes de la finca, rezaban dando vueltas en torno a la gran nave del taller, perfumada con el delicioso aroma de las pasas frescas.  Iban rezando y andando de uno en fondo; cuando se alejaban del abuelo, dejaban de rezar para hacer planes, más o menos diabólicos, para el día siguiente, discutiéndolos con calor; pero al pasar por delante de los viejos, ponían cara de buenos y reanudaban la oraciones y letanías. Contándonos estas anécdotas se reía tío Paco, así como recordando una canción que le hacía mucha gracia en su desentono:

 

"En la torre más alta

de San Agustín,

hay un pájaro, madre,

que canta en latín .

Monín ven acá,

ven acáaaaa, monín.”

 

Estas charlas tenían lugar cuando no salíamos de paseo. Íbamos por las playas o hacia la sierra y él nos llamaba la atención jovialmente sobre cosas que se nos pasaban por alto.

 

De estas excursiones hubo una memorable: la que hicimos en pleno agosto a “Cerro Gordo”, promontorio que, con la “Punta de la Mona”, forma la preciosa bahía de “La Herradura”, a veintitantos kilómetros de Nerja. Salimos carretera adelante acompañados de un carro de una mula, contratado por los más temerosos de la familia, para que pudiésemos descansar a ratos; porque el sol abrasaba y el termómetro marcaba los 50°. La carretera, en pésimo estado, serpenteaba sin cesar sobre precipicios. El mar, azul cobalto, sin olas, cabrilleaba deslumbrador al pie del acantilado; pero el ejemplo del tío Paco marchando delante, blanco de traje y pelo, y la calva de bronce bruñido al sol, nos vedaba aprovecharnos de la sombra del carro todo lo que hubiéramos deseado. Con un martillo en la mano iba golpeando rocas acá y allá, para obtener un pedazo que metía en un saco que llevábamos en la tartana. Y era tan incansable que, el diablero, el hombre que guiaba la diabla o tartana, nos miraba atónito y nos hacía la señal de que "el pobre señor" andaba algo destornillado.Cuando bajamos a la playa para bañarnos, la arena quemaba los pies de tal modo que ni siquiera pudimos descalzarnos. Al regreso, se había levantado el terral, viento de fuego que achicharraba las plantas a su paso. ¡Huelga decir el recibimiento que nos hicieron en casa, horrorizados con el día! Tío Paco sonreía entre arrepentido y satisfecho de la hazaña. En cuanto se bañó y se puso de limpio de pies a cabeza, sacó del saco los minerales recogidos y los colocó para su estudio y clasificación con nosotros. Parecía imposible que en tan poco tiempo hubiese podido rehacerse hasta aquel punto quien había llegado hundido, agotado, deshecho por la emoción de volver por vez primera a aquel sitio donde años antes había muerto, aún joven, su hermano menor. No había quien lo arrancase de Madrid: tuvo que hacerlo, como quien lleva un niño a la fuerza su sobrino Bernardo. Y luego pasó una de las temporadas más felices de su vida, en el seno de su familia íntima y querida»[5].




Vista de los acantilados marinos y huertos de la calle Carabeo de Nerja (ca. 1910). La flecha roja indica el mirador al que se hace referencia en el texto que aún hoy existe. Biblioteca de Cataluña. Fondo Editorial Albert Martin, caja 58/9.095

 


[1] Archivo Municipal de Nerja. Libro de Sesiones Municipales de 1874, acta del 7 de febrero.

[2] Gloria Giner García (1886-1970) era hija de Hermenegildo Giner de los Ríos, el hermano de Francisco, y de Laura García Hoppe. Maestra y escritora, casó con Fernando de los Ríos Urruti, catedrático de Derecho Político y varias veces ministro durante la II República. Tuvieron una hija, Laura de los Ríos Giner (1913-1981), casada con Francisco García Lorca, hermano del poeta Federico García Lorca.

[3] GINER GARCÍA, Gloria, «Don Francisco en la vida de familia», Boletín de la Corporación de Antiguos Alumnos de la Institución Libre de Enseñanza, del Instituto escuela y de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Grupo de México, México, 18 de febrero de 1965, págs. 10-12.

[4] Bernardo Giner de los Ríos García (1888-1970), hijo, asimismo, de  Hermenegildo Giner de los Ríos y de Laura García Hoppe, y hermano de Gloria Giner, fue arquitecto racionalista, político y ministro durante la II República. Casó con Elisa Morales Veloso y tuvieron varios hijos, entre ellos el poeta Francisco Giner de los Ríos Morales (1917-1995), vecino e hijo adoptivo de Nerja. Fue una figura destacada del exilio español en México.

[5] GINER GARCÍA, Gloria, obra citada, pág. 11.