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martes, 13 de octubre de 2015

La corona imperial de la Virgen de las Angustias de Nerja, una pieza de platería malagueña del siglo XIX



Corona imperial de la Virgen de las Angustias de Nerja (fotografía del autor)
En una entrada anterior, dedicada a la media luna de plata de la Virgen de las Angustias de Nerja, indicábamos que esta pieza y una corona imperial son los únicos elementos antiguos de su ajuar que han llegado hasta nuestros días. En esta entrada trataremos sobre la segunda alhaja, una espléndida obra de platería malagueña que viene a incrementar el valor patrimonial de la ermita nerjeña de Nuestra Señora de las Angustias.



Partes de la corona imperial (fotografía del autor)

La corona imperial, realizada en plata, es de estilo barroco y está profusamente decorada con motivos vegetales (laurel, acanto, etc.), ces vegetales, pergaminos y tarjas. En ella se pueden distinguir de abajo a arriba las siguientes partes: el aro o pieza circular que en este caso está ornamentado con hojas de laurel entre molduras; el canasto, con forma de cono truncado e invertido que descansa sobre el anterior y del que parten ocho imperiales o bandas que se entrecruzan en un punto rematado por una bola y una cruz. Una placa situada en la parte interna del aro a modo de eje diametral proporciona la fijación de la corona a la imagen por medio de un perno; en ella figuran cuatro contrastes que permiten datar la pieza y conocer el orfebre y lugar de realización. En el primer contraste  figura el año de ejecución: 1853; el segundo, PROLONGO, corresponde al del fiel contraste marcador del oro y de la plata de la ciudad de Málaga Joaquín Prolongo y García, que certifica la autenticidad del metal; a continuación figura el escudo de la ciudad de Málaga que informa del lugar en que la pieza fue labrada; y, por último, el contraste ORFILA remite al platero de esa ciudad Miguel Orfila, autor de la corona.


Placa de la corona imperial con los contrastes de platero (fotografía del autor)

Contrastes de fecha, fiel, lugar de producción y platero (fotografía del autor)

Para conocer las circunstancias en que la corona entró a formar parte del ajuar de la Virgen de las Angustias habría que remontarse  a la primera mitad del siglo XIX. En 1825 moría en Granada Francisco Antonio Rodríguez de Alcántara, capellán y patrono de la ermita de las Angustias de Nerja y biznieto de la fundadora de la misma, Bernarda Alférez; en su testamento dejó como sus únicos herederos a los esposos Miguel Rebolledo y María de la Concepción Romero y Aragón, legándoles el patronato de la ermita. Veintitrés años después, en septiembre de 1848, el Ayuntamiento de Nerja se dirigía al obispo de Málaga manifestándole el estado de abandono en que María de la Concepción Romero, entonces viuda, tenía la ermita, habiendo empleado en su propio beneficio las rentas que estaban destinadas a su mantenimiento y al culto, y enumeraba toda una serie de deficiencias que demostraban el incumplimiento de sus obligaciones como patrona: deterioro del edificio, ausencia de capellán, ornamentos sagrados casi inservibles e imagen de la Virgen muy deteriorada, haciéndose constar que “le falta la corona de plata que con pretextos, se la ha cambiado por una de metal”[1].


Detalle del aro y canasto de la corona imperial de la Virgen de las Angustias (fotografía del autor)

Así iniciaba el Ayuntamiento de Nerja un complicado proceso para obtener el patronato de la ermita, que duraría cinco años y finalizó el 1 de agosto de 1853, en que finalmente María Concepción Romero lo cedió conjuntamente a la “Corporación Municipal de la Villa de Nerja en representación de su común” y a Juan Gutiérrez Correa, nerjeño y canónigo dignidad Maestre de Escuela de la catedral de Málaga[2] (al poco tiempo, Gutiérrez Correa dejó como único patrono a la Corporación Municipal). Casi de inmediato, el 28 de agosto, se realizó un reconocimiento de la ermita y un inventario en el que figuraba “una corona de hoja de lata”[3] que, obviamente, se correspondía con la que la anterior patrona había donado para sustituir a la otra de plata que seguramente ella misma habría vendido o empeñado para hacer frente a sus necesidades. Por lo tanto, la adquisición de la nueva corona se realizaría a partir de esa fecha y en el mismo año 1853, tal como figura en uno de los contrastes que hemos visto. Ignoramos cual de los entonces copatronos costeó la alhaja, pues, por otra parte, no creemos que haya sido un regalo personal de ningún devoto, ya que en este caso la donación figuraría inscrita en la pieza. En la documentación conservada en el Archivo Municipal de Nerja no se halla referencia alguna a la compra; tampoco en las actas capitulares del Ayuntamiento, donde tendría que haberse consignado el acuerdo y el libramiento de fondos para una adquisición de esa importancia; lo más probable, aunque esto no deja de ser más que una suposición, es que fuera un obsequio personal de Juan Gutiérrez Correa, pues el mismo año 1853 este canónigo era uno de los que estaba a cargo de la contratación de los trabajos para las antiguas andas de plata de la catedral con distintos plateros de Málaga, entre los que se encontraba Miguel Orfila, con lo que queda documentada su relación con este orfebre en dichas fechas[4]. Años después, en 1864, siendo deán de la catedral de Córdoba y figurando ya el Ayuntamiento como único patrono de la ermita, Gutiérrez Correa regalaría un cáliz, vinajeras y platillos de plata para que se usaran en las “festividades y octavas de nuestros patronos la Santísima Virgen de las Angustias y glorioso Arcángel San Miguel como un recuerdo de un hijo de Nerja y en testimonio de la devoción a tan sagradas imágenes”[5].


Detalle del canasto y arranque de uno de los imperiales (fotografía del autor)

Con posterioridad, en un inventario realizado por el Ayuntamiento el 1 de julio de 1885, se incluía esta pieza (“una corona de plata a la imperial”) y una segunda corona también de plata de la que no hay más referencias[6]. La corona imperial es la misma que luce la primera imagen de la Virgen en varias fotografías de las décadas de 1920 y 1930; no desapareció en 1936, durante los episodios iconoclastas de aquel año, como tampoco lo hizo la media luna de plata,  y también toca la segunda imagen que sustituyó a la dieciochesca, tal como podemos ver en fotos de la década de 1940. La corona tenía un aspecto algo diferente, pues en las fotografías antiguas podemos apreciar que los imperiales muestran una curvatura más pronunciada; parece que la pieza tenía roturas y se hallaba parcialmente desmontada y al ser ensamblada de nuevo se le dio una forma más estilizada, tal como puede verse en la actualidad.



Virgen de las Angustias en la iglesia de El Salvador de Nerja (década de 1910 o principios de1920). Obsérvese el aspecto de la corona anterior al actual.




[1] (A)RCHIVO (M)UNICIPAL DE (N)ERJA, Leg. Histórico 1850-1870, sin foliar.
[2] ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE MÁLAGA, Leg. 4391, fols. 1304-1306 v.
[3] A.M.N., Ibid.
[4] MUÑOZ MARTÍN, M., “Las antiguas andas de plata de la Catedral”, Isla de Arriarán. Revista cultural y científica XX, 2002, págs. 177-185.
[5] A.M.N. Actas capitulares, acta del 10 de septiembre de 1863.
[6] A.M.N., Ibid.

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