El 9 de febrero de 1937, con la entrada de las tropas fascistas italianas del Corpo Truppe Volontarie, enviadas por Mussolini en apoyo del ejército sublevado, Nerja pasaba a formar parte del territorio denominado ‘zona nacional’. El día siguiente, 10 de febrero, en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Nerja, el delegado de Falange Española, Antonio María Rico Nogueras, daba posesión a los miembros de la Comisión Gestora Municipal que en adelante regiría el municipio en sustitución de la disuelta corporación republicana presidida por el alcalde Manuel Martín Rico. Tres meses después, en mayo, se produjo la visita a las escuelas de Nerja del inspector jefe de la Inspección de Primera Enseñanza de Granada, Gonzalo Gálvez. En ella impartió instrucciones a los maestros y maestras sobre la organización escolar que a partir de entonces habría de observarse para que, “habiendo entrado España, gracias a nuestro Ejército salvador y a todos los buenos patriotas, en una nueva era, la Escuela primaria Española [...] se organice como la institución fundamental de la Patria grande, libre y única que estamos levantando”.
Uno de los mayores retos a que se enfrentaron distintos gobiernos de la II República española fue el de la educación (dominada por la Iglesia católica desde mediados del siglo XIX) que, influidos por el ideario educativo de la Institución Libre de Enseñanza, llevaron a cabo una reforma educativa de gran calado. Se aumentó el número de maestros y se llevó a cabo un ambicioso plan de construcciones escolares; se mejoró la formación del magisterio, reformándose las Escuelas Normales y se creó la especialidad de Pedagogía en la universidad; se apostó por la escuela laica, eliminándose la obligatoriedad de la enseñanza de la religión en las aulas, así como por la escuela unificada, en que los distintos niveles educativos constituían los diferentes eslabones de una misma cadena, pudiéndose promocionar de uno al otro no en función de la posición socioeconómica del alumnado; se prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas, conforme disponía la Constitución de 1931, si bien en la práctica sus centros siguieron funcionando regidos por seglares afines como centros privados. Sin embargo, a partir de octubre de 1936, tras el golpe militar y el inicio de la guerra, en todo el territorio que iba quedando bajo el dominio del ejército sublevado el modelo educativo republicano era suprimido y sustituido por otro radicalmente distinto, el de la escuela nacional-católica.
Al ser nombrado jefe de gobierno y generalísimo de los Ejércitos, el 30 de septiembre de 1936, el general Franco procedió a la creación en Burgos de una Junta Técnica del Estado, compuesta por varias comisiones, que tomó posesión el día siguiente; una de ellas era la de Cultura y Enseñanza, presidida por el escritor José María Pemán, que tenía como atribución la reorganización de toda la enseñanza, desde la primaria a la universitaria, para adaptarla a las “orientaciones del nuevo Estado”. Esta comisión se encargaría de poner los cimientos de una escuela nacional-católica a través de la que ejercer un control ideológico de los niños y jóvenes, donde los principios patrióticos, según los entendían las autoridades franquistas, y la doctrina católica constituían la espina dorsal de la misma; para ello se procedió a la rápida depuración del profesorado y a la revisión de los libros de texto, prohibiéndose todos aquellos que no estuvieran en la línea ideológica fijada.
En este contexto tuvo lugar la visita de inspección de Primera Enseñanza a Nerja a la que nos referíamos más arriba y en la que se entregaron a los maestros y maestras de la localidad instrucciones de obligado cumplimiento para la organización del curso escolar, idénticas para toda la provincia, invitándose a “buscar voluntariamente otros medios de vida todos aquellos que no se sientan con la vocación necesaria para ser lo que el Maestro nacional será en esta nueva España”. Los docentes debían copiarlas en el Libro Personal del Maestro, sacando de ellas dos copias en papel simple, una para remitir a la Alcaldía y otra a la Inspección. De las remitidas a la Alcaldía, dos se han conservado en el Archivo Municipal de Nerja, la de la maestra de la Escuela Nacional Unificada de Niñas, Inés Ripoll Romero, y la del maestro Manuel Marín Gijón, propietario de la Escuela Unitaria de Niños fechadas el 5 de junio de 1937 (en Nerja había dos escuelas de niñas y dos de niños, una en Maro y dos escuelas nacionales mixtas, en Río de la Miel y Río Seco).
Firma autógrafa de la maestra de la Escuela Nacional Unificada de Niñas de Nerja Inés Ripoll Romero |
El documento comprendía trece instrucciones. Las nueve primeras trataban de cuestiones organizativas relativas al local de la escuela, documentos obligatorios, clasificación del alumnado en grados, materias, horarios y material escolar. De entre ellas, cabe destacar la 7.ª, sobre libros de texto, indicándose que hasta que se determinaran los libros que debían usarse en las escuelas nacionales quedaban autorizados únicamente los de F.T.D. (siglas de Frère Théophane Durand), editora de los libros escolares de los Hermanos Maristas, y todos los del Ave-María, escritos por el Padre Manjón. En las cuatro instrucciones últimas se fijaba el carácter nacional-católico que debía tener la escuela en lo sucesivo y el papel que en la formación de la misma debían desempeñar el maestro y la maestra.
Logotipo de los libros escolares de los Hermanos Maristas, publicados por la editorial F.T.D. |
En primer lugar, se asignaba a los docentes un papel misionero, de casi verdadero sacerdocio, obligándoles a proseguir fuera del aula la labor educativa, “modesto y afable el Maestro, honesta y sencilla la Maestra, sin pinturas ni afeites [...] en el paseo y en la tertulia, porque han de ser el espejo donde se miren sus convecinos, con los que deben compartir las penas y alegrías colectivas”.
El centro de todas las enseñanzas era la doctrina cristiana, que no solo debía cursarse como materia obligatoria, sino también impregnar todo el currículum. En la instrucción 11.ª se especificaba que el buen maestro o la buena maestra
“sabrá siempre referirse a las normas católicas, sacando las consecuencias morales y religiosas que sean del caso. Porque hay que considerar que la Ley de Jesucristo es norma de vida, camino a recorrer hacia la eternidad, y que no podemos quedar satisfechos con enseñar a nuestros alumnos a flor de labios el Padrenuestro y la Salve, si no infiltramos en su corazón el suave aroma de las oraciones religiosas, moldeando su voluntad hacia la práctica constante de cuanto el Hijo de Dios nos enseñó, con el sacrificio y renunciación de todo lo material, en las aras de lo espiritual y eterno”.
En clase se debía rezar obligatoriamente el Santo Rosario y la escuela debía asistir en corporación a las misas de los domingos, fiestas de guardar y solemnidades religiosas que se celebraran en el templo parroquial.
En la instrucción 12.ª se sentaban las bases de la educación cívico patriótica, sobre todo en las enseñanzas de la Historia de España y del Derecho, que debían ser impregnadas
“de un hondo sentido nacional, [...] sin olvidar que Religión y Patria son las piedras fundamentales sobre las que hemos de edificar la nueva España, que nuestras insignias son la Santa Cruz y la gloriosa bandera Bicolor, y que es preciso, inexcusable y urgente asentar sobre símbolos tan excelsos toda la obra educativa de las generaciones futuras. Instrucción premilitar, batallones infantiles, cantos patrióticos, explicaciones continuas ayudas colectivas a cuanto se enderece a este fin, todo será poco para cambiar radicalmente la faz de nuestras Escuelas nacionales y el sentimiento y voluntad de los pequeños escolares”.
En la nueva España, era “obligación de la Escuela echar los cimientos sobre los que se tiene que asentar la familia, cuna y solar de todas las virtudes de la Raza”. Por ello, en la última instrucción, la 13.ª, se exigía de la maestra que orientara la formación de las niñas para que en el futuro desempeñaran el papel de esposas y madres, prefiriendo
“siempre lo útil y práctico, lo necesario y conveniente, descartando el fárrago de definiciones abstractas y la cosmopolita erudición para considerar en la labor formativa de la madre española, que si la mujer es buena, y sabe hacer un templo de su hogar, no necesita ser doctora para guiar a los suyos, derrochando amor por los senderos del bien y de la cultura”.
Guía de la buena esposa, editada por la Sección Femenina. 1953 |
ANEXO
1936, mayo.
Nerja
Instrucciones del inspector jefe de la Inspección de Primera Enseñanza de Granada, Gonzalo Gálvez, dadas a la maestra de la Escuela Nacional Unificada de Niñas de Nerja, Inés Ripoll Romero, sobre organización escolar.
Archivo Municipal de Nerja, Leg. H-108.
[En el margen: Entrada n.º 224. 5 junio 1937.]
Hay un sello que dice:
Inspección de 1.ª enseñanza de Granada.
La Inspección de 1.ª enseñanza de Granada, en la primera visita del curso actual a esta Escuela nacional unificada de niñas que desempeña la Maestra propietaria D.ª Inés Ripoll Romero desea compendiar en las instrucciones –iguales por el momento para las de toda la provincia- la larga conversación que con la Maestra ha sostenido acerca de los problemas educativos a resolver en la hora presente, y de las muchas incidencias que su planteamiento origina. Porque es lógico pensar que habiendo entrado España, gracias a nuestro Ejército salvador y a todos los buenos patriotas, en una nueva era, la Escuela primaria Española –que hasta aquí ha tenido lo menos posible de Escuela y nada de española- se organice como la institución fundamental de la Patria grande, libre y única que estamos levantando, y para la cual hemos de trabajar todos los días, y a todas las horas, con la emoción y el fervoroso anhelo del que construye una obra de arte.
Por ello, la señora Maestra tendrá presente:
1.º La limpieza, ornamentación adecuada y cuidada del local-escuela, hasta hacerlo lo más amable y acogedor posible para los alumnos, es obligación de la Maestra, la cual, si no cuenta para ello con los fondos necesarios, que siempre pueden ser suplidos, en parte, por la voluntad y el buen deseo, intensificará sus gestiones cerca de las Autoridades y acudirá a la Inspección para que le preste su asistencia y consejo.
2.º Los registros reglamentarios –matrícula, asistencia, contabilidad, correspondencia, paidológico y visitas- se llevarán en cuadernos separados y obrarán siempre en el archivo de la Escuela.
3.º Los alumnos se clasificarán en tres grados, y se redactará un programa que responda a dicha clasificación, comprensivo de las materias que en la Escuela hay que enseñar.
4.º La distribución del tiempo y del trabajo será: tres horas por la mañana dedicadas a Lengua Española –lectura, escritura y gramática- y Matemáticas, con los intervalos y descansos de rigor, y tres por la tarde destinadas a la explicación de las distintas materias del programa, y de las cuales la última media hora de clase se consumirá directamente en teoría y práctica de la Doctrina Cristiana.
5.º Queda suprimida la vacación de la tarde del jueves, ya que en las disposiciones dictadas por la Junta de Defensa Nacional de España se dice que las horas de clase serán tres por la mañana y tres por la tarde sin excepción alguna.
6.º Todos los alumnos de los distintos grados llevarán un cuaderno para cada una de las materias del programa escolar, y estos cuadernos conservados en carpetas individuales pasarán al archivo de la Escuela, terminado el curso, sin que los alumnos puedan llevarlos consigo.
7.º En el momento oportuno la Superioridad determinará los libros que han de usarse en las escuelas nacionales; pero mientras tanto, quedan autorizados los de F.T.D. y todos los del Ave-María, escritos por el Padre Manjón, sin perjuicio de que la inspección irá asesorando al Maestro, hasta formar una bibliografía escolar convenientemente seleccionada.
8.º Se llevará el “Diario de clase”.
9.º Precisa organizar rápidamente las conferencias a que se refiere la circular del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, fecha 26 de agosto próximo pasado.
10.º Se exigirá con todo rigor el cumplimiento de num.11 de la repetida circular, que se refiere a la residencia de Maestros y Maestras en esta localidad; pero bien entendido que se impone esta residencia para que se coadyuve como ciudadanos a la magna obra que ha emprendido el Ejército salvador de España, y para que, como Maestros, se prosiga, fuera del salón de clases, la labor educativa que les está encomendada. Modesto y afable el Maestro, honesta y sencilla la Maestra, sin pinturas ni afeites, con voluntad firme y sintiendo siempre la responsabilidad del cargo, verdadero sacerdocio, saben ellos que su obra no termina a la salida de clases, sino que continúa en el paseo y en la tertulia, porque han de ser el espejo donde se miren sus convecinos, con los que deben compartir las penas y alegrías colectivas.
11.º La Doctrina Cristiana, además de tener su puesto en el programa escolar, ha de ser el centro de todas las enseñanzas, y la buena Maestra sabrá siempre referirse a las normas católicas, sacando las consecuencias morales y religiosas que sean del caso. Porque hay que considerar que la Ley de Jesucristo es norma de vida, camino a recorrer hacia la eternidad, y que no podemos quedar satisfechos con enseñar a nuestros alumnos a flor de labios el Padrenuestro y la Salve, si no infiltramos en su corazón el suave aroma de las oraciones religiosas, moldeando su voluntad hacia la práctica constante de cuanto el Hijo de Dios nos enseñó, con el sacrificio y renunciación de todo lo material, en las aras de lo espiritual y eterno. Al efecto, la Escuela en corporación debe de asistir al Templo Parroquial los domingos, días festivos y siempre que se celebre alguna solemnidad religiosa que requiera su presencia, y en el salón de clases débese rezar el Santo rosario y realizarse aquellas prácticas de nuestra Religión compatibles con el lugar.
12.º La educación cívico-patriótica se basará en las enseñanzas de la Historia de España y del Derecho, impregnándola de un hondo sentido nacional, aprovechando para ello, además de la lección exprofeso, todas las incidencias de la labor escolar, sin olvidar que Religión y Patria son las piedras fundamentales sobre las que hemos de edificar la nueva España, que nuestras insignias son la Santa Cruz y la gloriosa bandera Bicolor, y que es preciso, inexcusable y urgente asentar sobre símbolos tan excelsos toda la obra educativa de las generaciones futuras. Instrucción premilitar, batallones infantiles, cantos patrióticos, explicaciones continuas ayudas colectivas a cuanto se enderece a este fin, todo será poco para cambiar radicalmente la faz de nuestras Escuelas nacionales y el sentimiento y voluntad de los pequeños escolares.
13.º Sabe la Sra. Maestra que sus alumnas son madres en embrión y esposas en ciernes, y que es obligación de la Escuela echar los cimientos sobre los que se tiene que asentar la familia, cuna y solar de todas las virtudes de la Raza. Por ello preferirá siempre lo útil y práctico, lo necesario y conveniente, descartando el fárrago de definiciones abstractas y la cosmopolita erudición para considerar en la labor formativa de la madre española, que si la mujer es buena, y sabe hacer un templo de su hogar, no necesita ser doctora para guiar a los suyos, derrochando amor por los senderos del bien y de la cultura.
Tenga presente la señora Maestra que la Escuela no será lo que debe ser si no le presta todo su calor, si no hace de la misión que se le ha confiado la preocupación de su vida, con el sacrificio y fervor que exigen la ímproba tarea de formar hombres cabales, capaces de cumplir su destino en este mundo. Lea diariamente “EL MAESTRO MIRANDO HACIA DENTRO”, examine de continuo su conciencia y perfecciónese en la labor de apostolado y sacrificio que le incumbe, muy distinta de la de cualquiera otro servidor de la Nación.
La Inspección de 1.ª enseñanza de Granada está firmemente decidida a que se cumplan las presentes instrucciones; y espera conseguir, sin más excitaciones y sin adoptar procedimientos coercitivos, que todos los Maestros nacionales de la provincia se den cuenta de su responsabilidad en estos históricos momentos, llegando incluso a buscar voluntariamente otros medios de vida todos aquellos que no se sientan con la vocación necesaria para ser lo que el Maestro nacional será en esta nueva España.
Nerja, Mayo 1937.
El Inspector, Gonzalo Gálvez, rubricado.
Nota: Las presentes instrucciones se copiarán en el libro personal del Maestro, y de ellas se sacarán dos copias en papel simple, una para remitir a la Alcaldía y otra a la Inspección.
Es copia.
La Maestra
Inés Ripoll [rubricado]
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