El Pabellón, casa de recreo de la familia Pérez del Pulgar en el pago de Las Mercedes, fachadas Sur y Este |
En el pago de Las Mercedes, una gran extensión de
terreno cultivado situado entre Nerja y Maro, en una finca a cuya entrada se
eleva como fiel guardiana una palmera centenaria, se encuentra El Pabellón, una
casa de recreo con jardín que la familia Pérez del Pulgar, propietaria de Maro
y su tierra, disfrutó durante varias décadas. Para conocer los orígenes y los
avatares a través del tiempo de dicha casa tenemos que remontarnos al siglo
XIX.
El 13 de octubre de 1883 moría en su casa palacio de
Granada Joaquín Pérez del Pulgar y Ruiz de Molina, un aristócrata que junto a
uno de sus hermanos había recibido en 1848 por herencia de su madre, Soledad
Ruiz de Molina y Cañaveral, marquesa viuda del Salar, el lugar de Maro, su
ingenio y las demás posesiones y tierras situadas entre el barranco de Maro y
el río de la Miel, de los cuales habían gozado distintos propietarios desde
comienzos del siglo XVI. Joaquín, que tenía una mentalidad emprendedora y
reunía en sus manos la mayor parte de la herencia, compró tierras más allá del
límite occidental de Maro, establecido en el barranco del mismo nombre,
llegando a poseer el territorio situado entre este y el barranco del Badén y la
parte oriental de la playa de Burriana, que limitaba al Norte con el camino de
Vélez-Málaga a Almuñécar y con el mar al Sur. Hacia 1860 construyó el acueducto
del Águila, ya tratado en otra entrada de este mismo blog, para conducir el
agua a todas estas tierras, las plantó de caña de azúcar, y en 1879 levantó una
fábrica azucarera y una destilería de alcoholes, la fábrica ‘San Joaquín’. Todo
lo que Joaquín Pérez del Pulgar poseía en Maro y Nerja fue declarado colonia
agrícola en 1879 y 1881 con el nombre de Colonia Agrícola de las Mercedes y
Maro.
En una finca de este pago situada sobre el acantilado
y que era parte integrante de la colonia, construyó Joaquín Pérez del Pulgar
“una casa de recreo con jardines cerrados por tapias de mampostería”[1].
La casa ya está representada en un plano fechado en 1864, por lo que debemos
situar su construcción en los primeros años de la década de 1860, pues todas
estas tierras fueron adquiridas entre 1858 y 1859.
Estado actual del antiguo jardín sobre el acantilado |
Cuando, tras su fallecimiento, se repartieron los
bienes de Joaquín Pérez del Pulgar entre sus cuatro hijos, esta finca
“conteniendo la casa de recreo del Pabellón, con un jardín que mide nueve
marjales y veintiún [estadales]” tocó en suerte a su hija María del Carmen
Pérez del Pulgar y Blake, casada con el también aristócrata y sevillano Rafael
de Chaves y Manso, marqués de Tous y de la Cueva del Rey y conde de Casa Chaves[2].
Pero sobre todos los bienes de Joaquín Pérez del Pulgar pesaba una hipoteca, ya
que unos meses antes de morir había obtenido un préstamo del Banco Hipotecario
de España para sufragar los gastos de las múltiples inversiones que había
realizado. En 1894, al no poder los herederos hacer frente al préstamo, esta
entidad bancaria adquirió todas las propiedades reagrupándolas de nuevo. En
1902, el banco vendió la colonia a Rafael de Chaves y Manso, retornando la casa
de recreo a su anterior propietaria, María del Carmen Pérez del Pulgar. En 1930
todo ello fue comprado por la Sociedad Azucarera Larios quien la posee en la actualidad[3].
Vista general de la casa de recreo |
El Pabellón es una casa de aire clasicista, de planta
cuadrada y desarrollo cúbico, cubierta por una azotea rodeada de pretil,
construida en mampostería entre machos de ladrillo, enlucida, y decorada en sus
esquinas con ligero almohadillado; está orientada al Sur y la entrada a la
misma se realiza por su fachada Norte. En la cara Sur y en las laterales se
abren amplios y alargados ventanales rematados por arcos de medio punto que
permiten la entrada de la luz, pues la casa no está concebida para vivienda,
sino como un lugar ameno para descanso y recreo de la familia, desde el que
poder contemplar el jardín que la rodeaba y el mar. Se encuentra en una finca
de unos 4.500 m2 de superficie, cerrada por un muro perimetral de
unos 275 m realizado en mampostería unida con barro, enfoscado y rematado por
lomo afilado, a la que se accede por una verja situada al Norte.
Muro Norte y palmera centenaria junto a la verja de entrada a la finca |
Joaquín Pérez del Pulgar, además de su casa palacio
en la calle Puentezuelas de Granada, poseía la Casa Grande de Maro, actualmente
conocida con el nombre de Casa de la Marquesa, construida por él a partir de
1858, cuando por muerte de su hermano José heredó la finca en que se encuentra;
pero esa casa, aunque amplia y con jardín, estaba casi adosada al antiguo ingenio
azucarero, que pertenecía a sus sobrinos, y rodeada de una población en constante
crecimiento, por lo que, una vez que fue dueño de las tierras que compondrían
el pago de Las Mercedes, decidió ubicar allí esta pequeña construcción. Con
ello, se incorporaba a la corriente que a mediados del siglo XIX se estaba
extendiendo entre la alta burguesía financiera y de negocios de construir
cortijos, casitas o pabellones de recreo que eran auténticos lugares de reposo
situados en fincas ajardinadas o en jardines botánicos, una tipología que era
heredera de las villas renacentistas o de las neoclásicas de finales del siglo
XVIII que emplean un lenguaje clasicista en un entorno rural. Más tarde, cuando
en 1879 levantó la fábrica ‘San Joaquín’, construyó en ella otra casa más
amplia para vivienda propia, también con jardín, ubicada en el interior del
recinto fabril.
Estado del muro perimetral por el lado de levante |
El Pabellón se encuentra en un estado lamentable de
conservación; la casa, aunque se mantiene en pie y sus muros íntegros, está muy
deteriorada y en completo abandono, con construcciones espurias para cuadras y
almacenes de aperos que la afean enormemente. El jardín parece cosa del pasado
y el terreno está invadido por la maleza en algunas zonas. El muro se halla en
estado ruinoso y existe amenaza de derrumbe por algunos de sus lados. Sus
coordenadas geográficas son: 36º 45’ 09.95” N, 3º 51’ 32.09” O. Es una
propiedad privada, pero posee valores que la convierten en parte integrante del
patrimonio histórico de Nerja, por lo que procede incluirla sin demora en los inventarios
e instrumentos de protección, evitar el avance del deterioro del bien,
salvaguardarlo y ponerlo en valor.
[1] (A)rchivo del (I)lustre (C)olegio (N)otarial
de (G)ranada. Inventario, cuenta, partición, división y adjudicación de los bienes
quedados por muerte del muy ilustre señor don Joaquín Pérez del Pulgar y Ruiz
de Molina. Granada, notaría de Francisco Sánchez Castro, 1888, fol. 86 y ss.
[2] AICNG, Ibid.
[3] Ruiz García, P., La Axarquía,
tierra de azúcar. Cincuenta y dos documentos históricos, Vélez-Málaga, Asukaría
Mediterránea, 2000, pág. 42.
Precioso trabajo, muy bien documentado, como todos los tuyos.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
Gracias por tus palabras, Miguel.
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